¿Podrás disfrutar ese vino?

Hay ocasiones en que llegamos a casa, descorchamos una botella y el vino que servimos en nuestra copa no nos produce el placer esperado.

Por Rafa Ibarra

La pregunta que da título a este artículo no está enfocada ni a nuestras capacidades físicas ni a la experiencia o conocimientos que tengamos sobre cómo catar. Se refiere a algo más sencillo y muy importante: nuestro estado de ánimo.

Es cierto que el vino es una bebida maravillosa y que disfrutamos mucho, pero hay ocasiones en las que llegamos a casa, tomamos una botella, la descorchamos, nos servimos y… el vino que tenemos en nuestra copa no nos produce el placer esperado. ¿A qué se debe esto? ¿Está mal el vino? Podría ser, pero a veces simplemente es que nuestra mente tiene su atención desviada hacia otras cosas, como pueden ser estrés, cansancio, preocupaciones por problemas personales, laborales, etcétera. Es decir, nuestro estado de ánimo no está en la mejor disposición posible. No es culpa del vino.

Por pláticas con amigos enófilos que han pasado por algún periodo de fuerte estrés o de mucha preocupación, he confirmado algo que yo mismo he vivido: los vinos que probamos durante ese lapso de tiempo no nos han ni sorprendido ni agradado demasiado. Pero, cuando la tensión desaparece y probamos nuevamente esos vinos, ahora cobijados por una agradable paz mental, nuestra percepción cambia totalmente, al grado de decir: “oye, no estaba tan mal después de todo”.

Si no crees que esto es posible, vamos a comprobarlo fácilmente haciendo el siguiente ejercicio, yendo al extremo opuesto.

A ver, concéntrate y piensa en cuál ha sido para ti el mejor vino que has probado en toda tu vida. Piénsalo. ¿Ya lo tienes? Bueno, ahora trata de acordarte cuál era el estado de ánimo que tenías en ese momento, cómo era el ambiente que te rodeaba, si estabas solo o acompañado, y por quien o quienes. Con toda seguridad el recuerdo te dice que ese momento era sumamente agradable, alegre, y estabas acompañado por tus amigos o algún ser querido.

Por otro lado existen personas que piensan que más bien será el vino el encargado de hacer que el momento sea placentero, haciendo eco a la frase de Pedro Ruiz: “Lo bueno del vino es que durante dos horas los problemas son de otros”. Suena gracioso, pero conviene tener cuidado de no querer usar al vino o alguna otra bebida alcohólica como si fuera la “cura” a nuestros problemas, pues el desenlace sería trágico. En todo caso yo prefiero la frase dicha por George Brassens: “El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte”.

En resumen, si sientes que tu estado de ánimo no es muy adecuado como para disfrutar de una copa de vino, hazte un favor. No abras esa botella el día de hoy, espera a un mejor momento. Seguro que no te arrepentirás.

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Comentarios

4 respuestas a «¿Podrás disfrutar ese vino?»

  1. Luis E Baldini

    Saludos. Creo que la ira o el coraje arruinaria hasta la botella prefeida de uno, por lo cual los invito a no descorchar una botella cuando estemos de muy mal genio, platica con un amigo o tus padre y te vendra mejor, a lo contario de cuando andamos un poco deprimidos y preocupados por los poblemas cotidianos que se nos han juntado, o es uno de esos dias que andamos un poco de capa caida, ni lo duden descorchense una botella y a disfrutar y mejorar ese estado de animo, por que con vino y pan, las penas son menos. Saludo por la vida, por la familia y los amigos.
    Suerte.


    1. Qué tal Luis. De acuerdo en que la ira o el coraje pueden hacer que hasta el agua te sepa mal. Sin embargo no veo cómo el vino te ayudará cuando andas deprimido o preocupado por los problemas cotidianos, como lo mencionas. Si tu fundamento es que quizás una copita te ayude a ver que tu problema no es tan grave, yo recomendaría mejor hacer lo que dices de platicarlo con un amigo o un familiar, pues ellos ven el problema desde afuera y te darán otra perspectiva, que no necesariamente te la dará una copa de vino.

      Sigo pensando que para disfrutar de un vino es necesario tener la mente en condiciones de buena fluidez de ideas. Si algo está muy atorado, la respuesta no está en el vino.

      Saludos.


  2. … o abre un padre kuino. Total.

    Rafa, tienes razón; nuestra capacidad de disfrutar se ve minada por nuestro estado de ánimo. De ahí, supongo, la frase de Ruiz sobre el cine y la afirmación de la mayoría, de que van al cine a distraerse o que beben para olvidar. «Pues pague primero», contestan los cantineros.
    ¡Salud!


    1. Qué onda Joel. Pues siguiendo con tu analogía del cine, tu sugerencia de abrir un Padre Kino (¡qué padre vino!…perdón, no lo puedo evitar) es como esa raza que dice que tiene ganas de ir al cine a ver una película pero «que no lo haga pensar», ¿no? A eso me suena, je je je.

      Saludos.