El Guateque del vino artesanal.

Ensenada (México). Nacer. Pasar la adolescencia. Graduarse. Procrear. Morir. Una muestra de los ritos de pasaje de la vida que marcan un paso adelante en la experiencia de existir. Para el vino, que nace de la vid y del terruño, el paso más importante es aparecer.

Entrar. Hacerse notar. Enaltecer con su presencia. Hacer don de existencia. Este año la fecha fue el 13 de junio: el Guateque 2011 de la Estación de Oficios El Porvenir, en Ensenada, México.

Por Erick Falcón.

Desde el 2002, cada año se dan cita docenas de entusiastas del vino bajacaliforniano a algún recóndito rincón del Valle de Guadalupe para dar paso al Guateque, o la presentación de los vinos de los estudiantes de “La Escuelita” del enólogo Hugo D’Acosta.

Lo que empezó como una reunión “subterránea” donde unos pocos amigos y familiares se reunían para compartir y degustar las creaciones personales ha evolucionado hasta ser un ‘sarao’ multitudinario e imperdible para los fanáticos del vino artesanal en la región.

“La idea del Guateque es presentar los nuevos vinos de los estudiantes de la Estación de Oficios El Porvenir. De aquí han surgido vinos notables, como el Ícaro de José Luis Durand, así como otros personajes que están triunfando hoy en día, como Álvaro Ptacnik ,” menciona Thomas Egli, el enólogo suizo avecindado en Ensenada que dirije la Estación de Oficios El Porvenir, La Escuelita.

A ritmo de cumbia y música popular, más de 1,200 personas acudieron el 13 de junio al Rancho el Arroyuelo, ubicado cerca de la entrada a la vinícola L.A. Cetto en el Valle de Guadalupe, donde dejaron a un lado pretensiones para bailar y disfrutar de buena comida, buena bebida y buenos amigos.

En el evento se presentaron 52 expositores de vinos, quesos y aceite de olivo, quienes presentaron más de 75 etiquetas de diversos productos alimenticios artesanales, que se suman a la creciente oferta gastronómica que está surgiendo del Valle y de Ensenada en general.


Fotografías: Rodolfo Díaz Arguero.

“En La Escuelita no sólo se estudia para hacer vino, hay gente que está aprendiendo a hacer el aceite de oliva y otras cosas, pero sobre todo ha crecido a ser toda una plataforma enológica que ayuda a la difusión del boom del vino de Baja California,” comenta Egli.

En promedio 30 ‘graduandos’ del proyecto enológico-educativo de D’Acosta logran terminar su aprendizaje cada año, quienes pasan a ser creadores de al menos 12 nuevas etiquetas en el mercado regional cada temporada, estima Egli.

“Esto casi empezó en casa de Hugo, como una misión que él tuvo de rescatar los viñedos existentes en el Valle a principios de la década, hasta que se logró adecuar la Estación de Oficios en el 2001.”

Lo que empezó con sólo 25 estudiantes creció hasta ser un centro de formación para personas interesadas en hacer vino. Y este entusiasmo se contagia: al menos la mitad de los más de 300 alumnos que ha tenido ‘La Escuelita’ vienen de fuera… Ciudad de México, Querétaro, California, etc.

Los cursos son de cuatro sábados consecutivos previo a la cosecha. Pero a diferencia de otras escuelas, aquí se aplica la teoría de forma práctica durante la vendimia, donde los estudiantes aprenden de primera mano las ‘100 lecciones del vino’.

“Cada añada se aprende algo nuevo, una nueva técnica, crianza, un nuevo material, de ahí surge la idea de las 100 lecciones, algo se aprende nuevo cada año,” dice a su vez Laura McGregor, una de las integrantes de la vinícola Tres Mujeres.

La ‘Escuelita’ produce alrededor de 10,000 cajas de vino anualmente, entre mezclas propias y de los estudiantes, quienes promedian 300 cajas por persona. Egli asegura con orgullo que la mitad de los proyectos vinícolas actuales del Valle surgieron ahí.

“Hace menos de 15 años sólo había las cuatro grandes vinícolas, Cetto, Santo Tomás, Xanic y Domecq. Hoy en día el vino de Baja California es una industria que ha crecido y parte de este entusiasmo se ha contagiado a raíz de este proyecto,” asegura Egli. Cabe mencionar que había proyectos como Viña Liceaga y Cavas Valmar entre otros, desde principios de los ochentas.

Para Egli, la esencia cultural mexicana es lo que potencia el crecimiento de esta región vinícola con verdadero espíritu: “[el valle es] una región no sólo de una o dos cepas, sino donde se exhibe multiculturalismo y diversidad, donde la esencia de sus habitantes se plasma en la identidad de sus vinos.”

Erick Falcón es periodista gastronómico.
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Galería ‘La Escuelita’


 

 

Comentarios

3 respuestas a «El Guateque del vino artesanal.»

  1. leandra cuevas

    cada cuando se hace el concurso de pintura para elegir la nueva imagen del embasado del vino

  2. andrea

    Like Super Intenso!! 🙂

  3. Manuel H Gonzalez

    Que gran trabajo se está haciendo para las nuevas generaciones y el futuro de la enología en México.