Los vinos georgianos aspiran a la conquista exitosa del extranjero.

Foto: József Kosárka

El autor nos comparte un panorama completo, así como su reciente experiencia con los vinos de la ex-república soviética, que para algunos historiadores es la cuna del cultivo de uva para vino, así como de las prácticas de fermentación.

Dr. József Kosárka

Budapest, 08.12.2011. Desde hace algunos  años  el  vino georgiano  viene  conquistando nuevos mercados aplicando una estrategia clara y coherente de calidad. Los productos de esta ex-república soviética, que últimamente se desarrolla con gran dinamismo, aspiran a ser conocidos mejor en varios países cuyos consumidores están acostumbrados al poder elegir entre una amplia gama de grandes vinos provenientes de bodegas de considerable renombre. Actualmente, la industria vitivinícola nacional que reúne todas las condiciones para producir vinos de carácter y personalidad particulares, está evolucionando bastante y tiene potencial suficiente para mejorar sus ventas al extranjero.

Foto: József Kosárka

En la historia del país las tradiciones vitivinícolas ocupan un capitulo particular. En base a sus hallazgos arqueológicos, los georgianos creen que la uva es nativa de sus antiguas tierras y debido a la similitud ortográfica consideran que la palabra «vino» debe venir de «gvino», palabra que ellos tienen en su propio idoma. De cualquier forma, no se trata de meras especulaciones ya que sus teorías históricas se apoyan en evidencias como por ejemplo las pepitas de vid cultivada hace unos siete mil años, en regiones situadas al este del Mar Negro en los Montes del Cáucaso, que han sido encontradas en yacimientos habitados. El mensaje publicitario de sus vinos modernos se apoya en gran medida en estas tradiciones antiguas y también quiere  marcar la diferencia entre su oferta renovada y sus vinos con los que ya han abastecido al mercado ruso anteriormente.

Los participantes del evento (TWG Beverages Tradeshow and B2B Forum) recién celebrado en Tbilisi han podido darse cuenta de los avances del sector vitivinícola georgiano durante los últimos años, caracterizados por condiciones de producción y comercio diferentes. Hay que recordar que en el 2006 las exportaciones de vinos georgianos se redujeron en más del 60% en relación con el anterior (por el valor  de 81 milliones de dólares) debido a que Rusia decidiera prohibir su importación, venta que representaba un 90% de la producción anual georgiana. Las ventas al exterior han continuado decreciendo hasta el 2007 cuando el valor total se situó sólo en 29 milliones de dólares. La recuperación no ha sido ni rápida ni fácil pero en el 2010 la exportación registró 39 milliones de dólares y en  los primeros tres trimestres del presente año ya se ha alcanzado la cifra de 36 milliones de dólares. (A pesar del crecimiento notable, hace poco el Jefe del Departamento de Estado del la Vid y del Vino ha sido destituido de su cargo fulminantemente porque «la práctica de acceso a mercados internacionales seguida es como ir a paso de tortuga ”.)

David Gareja monastery complex. Kakheti – Dreamstime.com

Sobre la base de las experiencias obtenidas en la cata de varias docenas de vinos presentadas a los invitados extranjeros se puede notar que los productores georgianos centran sus esfuerzos en explotar el creciente interés por sus vinos elaborados con el método antiguo tradicional, tanto por bodegas artesanales como industriales. Este método se trata del uso de tinajas de barro de forma conoidal ( llamadas «kvevri” ) que se entierran para que en ellas  se fermente el mosto sin ser separado del orujo. Una vez que ha terminado la fermentación, se las cierre con una tapa de madera y se las cubre herméticamente con tierra. El proceso completo de varias etapas es casi ritual y el vino obtenido presenta aromas y sabores únicos.

Hoy en día, Georgia tiene una superficie total de viñedos de unas 45 mil hectáreas en los que se produce alrededor de 150 mil toneladas de uva anualmente. Existen casi un centenar y medio de variedades pero oficialmente solo 38 se destinan para la elaboración de vinos. Las  más extensamente cultivadas son las blancas Rkatsiteli (53%) y Tsolikouri (17%)  que son seguidos por la tinta Saperavi (10%). Un 10% de la cantidad total se consume, un 20 % es utilizado por bodegas de vino industriales y a base del resto miles de pequeños propietarios elaboran vino casero utilizando utensilios sencillos para las prácticas tradicionales. En cuanto al vino comercializado, su producción viene mostrando una ligera tendencia al aumento (2005: 0,95 millión de hectolitros, 2010: 1,10 millión de hectolitros). El destino principal de las exportaciones es Ucrania a donde en el 2010 se ha dirigido 52% del total de 0,12 milliones de hectolitros.

Entre las 6 regiones vinícolas listadas en la respectiva ley se destaca la de Kajeti que se encuentra en la franja extrema oriental del país y representa unas 2/3 partes de la extensión de los viñedos y unas 4/5 partes de la cantidad de vinos producidos en Georgia. Su variedad principal es la tinta Saperavi que se da muy bien en sus zonas más famosas de los rios Alazani y Duruji. (Algunas denominaciones de origen : Mukuzani, Kvareli, Napareuli y Kindzmarauli.)  Un buen vino seco elaborado a su base tiene intenso color rojo púrpura, en nariz y boca presenta aromas de frutas rojas (frambuesa, grosella) y se puede apreciar un buen equilibrio entre acidez, taninos y alcohol.  En las zonas de Telavi y Kvareli, se cultiva primordialmente la blanca Rkatsiteli que es un componente esencial (junto con  no más de 15% de la Mtsvane Kakhuri) de Tsinandali que tal vez sea el vino georgiano de denominación de origen más ampliamente conocido. Los jovenes tienen color dorado pálido y cuerpo ligero. Olfato a cítricos, boca de ataque de acidez, recuerdos de manzana y final algo corto. A la mayoría de los georgianos le gustan los vinos semi-dulces y dulces entre los cuales el más popular es el Khvanchkara que se elabora a partir de las Alexandrouli y Mudzhuretuli, cultivadas mayoritariamente en la región de Racha-Lechkhumi, al noroeste de la capital. Este tinto de color rubí oscuro en nariz desprende aromas complejos de frutas rojas maduras (frambuesa, cereza) y en boca resalta el sabor dulce de la uva con matices de especias.

Algunos vinos degustados que dejaron buenas impresiones entre los expertos presentes  en la capital georgiana: Vinoterra 2005 Saperavi/SCHUCHMANN (Medalla de Oro/Mundus Vini 2010), Saperavi 2006 Barrel Select/ KINDZMARAULI (Gran Medalla de Oro/ Hong Kong International Wine and Spirits Competition 2011), Chelti 2007/CGM (100% Saperavi), Kakhetian Noble 2007/BADAGONI (100% Saperavi), Satrapezo 10 kvevri 2009/TELAVI (100% Rkatsiteli). Un espumoso de gran clase con alta expresión: Bagrationi Royal Cuvée Brut 2007 (100% Chinebuli).

La impresiones allí han confirmado que las autoridades georgianas se están tomando muy en serio el desarrollo de la industria vinícola y apuestan con fuerza por el mercado exterior. La calidad de sus vinos con carácter se deja sentir y nadie tiene la menor duda que la nueva visión planteada por sus productores está ya dando frutos y la generación moderna de ellos pronto comenzará a seducir  a  los amigos de esta noble bebida en varias partes del mundo.


 

 


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