Parras centenarias del Valle de Colchagua: Ravanal

Colchagua es una de las regiones agrícolas y vitivinícolas más importantes de Chile. Ahí, entre huertos de cítricos y ciruelos, se encuentra Ravanal, una de las bodegas más antiguas de la zona. Conversamos con Pía Ravanal, integrante de esta casa que recién entra en México.

Por Romeo Sierra / Fotos cortesía Ravanal

“No me puedo imaginar una vida diferente”, confiesa Pía Ravanal desde Chile. Y es que esta joven enóloga, integrante de la dinastía Ravanal, creció entre viñedos y gozando de las vendimias, lo mismo que sus dos hermanos. Aunque en la actualidad radica en Santiago, la capital, donde la firma tiene sus oficinas centrales  -y ella misma se encarga del rubro de las exportaciones-, cuenta que en Placilla, donde vivió hasta los 18 años, todavía conserva su misma recámara en la casa de sus padres, junto al viñedo y la bodega.

Placilla es una pequeña población de 8 mil habitantes -160 kilómetros al sur de Santiago- ubicada en el Valle de Colchagua una de las regiones agrícolas más importantes del Chile.

Es una tierra pródiga, fértil, rodeada de altas montañas. Ya se sabe que la vid requiere de días soleados y noches frescas. Pues así son en Colchagua, con la peculiaridad de que los viñedos suelen estar rodeados por huertos de cítricos, o como en el caso de Ravanal, de ciruelos, cultivo que también deja buenos dividendos a la familia.

“Ser enóloga me ha servido para las exportaciones”, cuenta la chilena, “pues sé si es factible lo que piden algunos clientes: vinos más afrutados o con más madera, por ejemplo”.

Fundada en 1936 por su abuelo Teodoro Ravanal –quien fue el que comenzó con el negocio de los vino y tenía viñedos en la zona-, y dirigida en la actualidad por su padre, el enólogo Mario Ravanal, esta es una de las bodegas más antiguas de Colchagua y cuenta, entre sus viñedos, con parras centenarias.

—¿Y qué le aporta al vino una parra centenaria por encima de una parra más joven?

—Mejor calidad. Aunque la producción de un viñedo antiguo es inferior en cantidad, el vino resultante es muy concentrado en color y en taninos. Es más potente, tiene más cuerpo, estructura y un mayor potencial de guarda.

Con 120 hectáreas de viñedos y una producción anual de un millón de litros, Ravanal se considera a sí misma una bodega mediana, (un viñedo grande puede alcanzar las 5 mil hectáreas, por ejemplo) lo cual, a decir de Pía, tiene sus ventajas.

—¿Por ejemplo?

—Cosechamos a mano y tenemos la flexibilidad suficiente para hacerlo en el momento justo.

Así las cosas, esta vitivinícola sudamericana que tiene por norma no comprar uvas de otros viñedos, elabora un 80 por ciento de vinos tintos –en las variedades sirah, merlot, cabernet franc, carménère y la ya mencionada cabernet sauvignon-, y un 20 por ciento de blancos, básicamente sauvignon blanc y chardonnay.

Pía Ravanal y Familia

Y ya que salió al tema la variedad carménère, quizá no esté de más recordar algo de la historia de esta uva, que se ha vuelto tan chilena: a finales del siglo xix, la plaga filoxera acabó con esta cepa en Francia, su país de origen. Se pensaba que la carménére estaba prácticamente extinguida del mapa mundial, hasta que durante la década de 1990 se descubrió que en Chile existían ejemplares sanos y salvos: la cordillera de los Andes, el desierto y el océano Pacífico habían servido de barreras protectoras contra la plaga. Y Placilla es justo uno de esos terroires que a la carménère le sientan de maravilla.

Por cierto que Viña Ravanal tiene en su haber varios premios. Uno de ellos es la medalla de oro del concurso “Carménère al Mundo”, celebrado en 2006. Y apenas el año pasado, su etiqueta Carménère Varietal resultó uno de los mejores doce caldos en el concurso “Catador Hyatt”.

Aunque el Valle de Colchagua figura desde hace tiempo en el mapa vitivinícola internacional, Pía comenta que la situación por la que atraviesan muchas empresas pequeñas  no es la mejor en este momento. Esto debido, entre otros factores, a la caída del dólar frente al euro, y a que los créditos de las empresas fueron hechos en la divisa estadounidense. Como se puede apreciar, en todos lados se cuecen habas.

—Finalmente, háblanos del interés que Ravanal tiene en México.

—México nos parece un país muy interesante. Si bien no se consume tanto, tengo entendido que hay una moda por el vino. Vemos que es un país con potencial en donde mucha gente quiere aprender.



Comentarios

1 respuesta a «Parras centenarias del Valle de Colchagua: Ravanal»

  1. Veronica Ravanal R

    QUIERO FELICITARLE A TODA LA FAMILIA POR SUS VINOS LO HE PROBADO HACE UN PAR DE AÑO CUANDO SUPE DE SUS EXISTENCIA, DE EXCELENCIA.

    FELICITACIONES
    Veronica Ravanal R