Productores vinícolas del municipio de Ensenada hablan sobre las expectativas en torno a sus próximos vinos, los que saldrán al mercado este año. Aunque se presentaron condiciones climatológicas difíciles durante el año pasado, el pronóstico es bueno.
Sin duda uno de los factores más importantes en la obtención de un buen vino es la calidad de las uvas que se utilizan dentro de su elaboración. Ésta puede cambiar cada año, dependiendo de ciertos factores climáticos, tales como la temperatura y la precipitación pluvial, por mencionar algunos.
Pero no se debe olvidar que aunque la calidad de la fruta juega un papel preponderante dentro de la vinificación, también la mano del enólogo es de suma importancia en la obtención de un buen vino.
Las diferentes operaciones dentro de la bodega, tales como el envejecimiento en barricas de roble o el ensamble de diferentes variedades, darán a cada una de las etiquetas características muy particulares, mismas que reflejarán la personalidad de los vinos.
Ahora bien, ¿qué se puede esperar de los vinos mexicanos que salen al mercado durante 2009, es decir, de la cosecha 2008?
Las opiniones de los expertos coinciden en que día a día el trabajo de los diferentes productores se ve reflejado en una mejora significativa en sus caldos.
«El 2008 se caracterizó por tener condiciones climatológicas muy contrastantes. Para empezar hubo una alta precipitación pluvial, que favoreció mucho a las plantas, pero por otro lado hubo un gran golpe de calor durante el mes de junio. Esto generó que las vides se estresaran y varios viticultores vieron su producción mermada, debido a que ese elevado calor pasificó muchas de las uvas», explica Paolo Paoloni, enólogo y propietario de la vinícola Villa Montefiori.
Paoloni considera que es muy temprano para juzgar la calidad de los caldos vinificados durante 2008, aunque parezcan más intensos en aromas y con mucho más cuerpo, en comparación a los de 2007.
«Si los caldos son sometidos a una buena crianza en barricas, se podrían esperar vinos excepcionales, por arriba del promedio, ya que las diferentes variedades expresaron sus mejores características durante las vendimia del 2008», expresa.
A su vez, Hans Backhoff, enólogo de Monte Xanic, considera que los vinos blancos vinificados durante 2008 serán espectaculares, con una muy buena concentración y una marcada frutalidad.
«En el caso de los tintos es un poco temprano para hacer una predicción, ya que se encuentran en una etapa de observación mientras estén en su proceso de maduración en las barricas. Éste año van a salir las cosechas de los tintos del 2006 y del 2007 normalmente. La del 2006 no tiene tanta viveza como en el caso de la del 2007, pero aún así tienen una buena concentración de sabor», opina Backhoff.
Otro factor muy importante a tomar en cuenta en las cosechas de 2008, considera el enólogo de Monte Xanic, es la creciente concentración de sal en los vinos, sobre todo en las variedades blancas.
«En los vinos de 2008 pude detectar una concentración mayor de salinidad que en años pasados. Esta sal la absorben las vides cuando hay condiciones de poca agua», asegura.
Este problema se hace cada vez más perceptible en los vinos mexicanos, considera, sobre todo en variedades como la chardonnay, que es tan susceptible a la sal y que incluso puede llegar a secarse y morir.
Una de las razones por la que se ha acrecentado la concentración de sales en el subsuelo del Valle de Guadalupe está directamente relacionada con la extracción excesiva del vital líquido de los mantos freáticos de esta zona, para abastecer con agua potable a la ciudad de Ensenada.
«Otra causas que han agravado este problema son las intensas sequías que ha habido en los últimos años», asevera.
Por otro lado, Hugo D’Acosta, enólogo y propietario de la vinícola Casa de Piedra, se muestra satisfecho con los avances de la industria del vino mexicano, pero a su vez considera que durante 2009 habrá varios proyectos; algunos que se irán consolidando cada vez más, y otros que necesitarán ajustarse.
«Creo que van a haber nuevas y buenas oportunidades para proponer y experimentar. La zona se consolida, un poco de entorno en contra le ayuda a adelgazar y ser más bella y esbelta. Cada día hay mejores vinos y mejores exponentes. El quehacer va afinando los vinos, más el tiempo, más el conocimiento, más los actores, más la experiencia, más las cosechas, así como un mercado curioso que responde, exige, demanda, y genera dinámica», afirma.
D’Acosta considera que el 2008 fue un año muy contrastante, en el que se pudieron observar muchas diferencias en relación con la calidad de algunas de las variedades sembradas en el Valle de Guadalupe.
En opinión de D’Acosta siempre ha habido diferencias entre las cosechas de cada año, pero parece ser que cada vez el cambio climático y el calentamiento global se hacen más presentes.
Las mejores del 2008
Estas son, según los expertos, algunas variedades más desarrolladas durante la pasada vendimia.
Paolo Paoloni: carignane, grenache y zinfandel, así como el nebbiolo.
Hans Backhoff: tempranillo, cabernet sauvignon, chenin blanc y malbec.
El vino que se avecina
Predicciones acerca de la industria vitivinícola del país
«Hace unos diez años en México había aproximadamente como unas diez vinícolas; en la actualidad existen más de 30. En el mercado se pueden encontrar ya más de 150 etiquetas, lo que habla de una pluralidad de productos, así como de un gran entusiasmo por el tema de los vinos.
Se ve que hay más gente interesada por el vino, sobre todo gente joven. Ellos son el gran mercado vinícola del futuro, ya que ellos van a difundir la cultura de tomar vino a sus hijos.
Creo que en México nos encontramos en una segunda etapa ya del conocimiento de los vinos. La primera era consumir el vino sólo por moda, ya que era considerado snob o de élite; ahora hay más gente que se acerca, le gusta y tiene interés en conocer el vino en un ambiente más informal; ahora se buscan también algunos vinos más accesibles».
Paolo Paoloni, enólogo y propietario de Villa Montefiori.
«La industria del vino se está consolidando como sector, generando oportunidades en otras áreas y actividades. Se está también afianzando en sus inversiones, aunque todavía se le pueden echar muchas moneditas al cochinito. En este caso la rentabilidad es un término relativo. Dentro de un contexto internacional, la industria del vino mexicano parece ir lenta, pero tal como dicen los italianos: «qui va piano, va lontano». Nos falta mucho, aunque todos los días crece el arbolito.
Hugo D’Acosta, enólogo y propietario de Casa de Piedra
«Soy muy optimista en cuanto al futuro de la industria vinícola del país. Creo que todavía tiene muchos caminos por los cuales desarrollarse. Es padre ver como esto ha prendido como una llamarada, hay un futuro muy prometedor, pero se tendrá que hacer una racionalización en el consumo del agua, así como incluir otros valles muy interesantes que se pueden desarrollar paralelamente al Valle de Guadalupe, tal es el caso de los valles de Ojos Negros y San Vicente, que ambos son vistos con mucha promesa».
Hans Backhoff, enólogo de Monte Xanic.
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