Este otoño en la feria del vino de París fue difícil entender si las botellas contenían vino o perfume, pues la estrategia de marketing de ambos productos es muy parecida.
Por Camilla Panhard
Con el pretexto de rendir homenaje a las viticultoras, los organizadores se esmeraron en dar al evento un toque femenino. Así, en una versión sobria pero siempre sexista de la rubia de los anuncios de cervezas, se podía ver una publicidad con una mujer viticultora tumbada en toneles, acompañada de un eslogan calcado de una marca de cosméticos: “El vino que se parece a la mujer que soy.” Tal vez los publicistas querían demostrar a aquellas viticultoras que rebasaban la cuarentena, que habían envejecido tan bien como su vino.
Por lo que pude darme cuenta, el anuncio tuvo impacto en los borrachines de paso que comentaban el afiche, exclamando: “¡tiene pantorrillas!”, lo que en Francia es un albur, ya que la expresión “tiene pantorrilla” se creó para describir al vino que deja en el paladar una sensación de densidad.
Para rematar la confusión entre vino y perfume, modelos y viticultoras, llegaron dos figuras míticas del campo de la belleza: las modelos y actrices Isabella Rossellini, ex chica Lancôme y Carole Bouquet, ex chica del Chanel n°5. Rossellini acompañaba a Bouquet, que venía a promocionar un vino del mismo color del mítico perfume.
“Lo llamé Sangre de oro porque me hace pensar en la sangre de los campesinos que sufren para producirlo. En mis viñedos tienes que trabajar de rodillas, todo es tan estrecho que no pasa ni un asno!”, exclamó la actriz en un arranque neorrealista contando como después de los cuarenta años decidió hacerse viticultora en una isla perdida al sur de Sicilia: Pantelleria.
El impacto de su conversión de modelo a viticultora fue tal que no sólo logró promocionar su vino el Passito de Pantelleria, sino que lanzó una nueva moda: la de los vinos heroicos.
Esta categoría hasta ahora muy rezagada de la viticultura representa 4% de la producción europea y puede reunir vinos tan distintos como un Beaujolais o un vino de Galicia, siendo su comútosn denominador el provenir de una zona de difícil acceso, con alturas mayores a los 500 metros y declives del terreno superiores a 30°.
“El trabajo duro y una tierra violenta producen un vino de una sensualidad ilimitada”, declama Carole Bouquet, que con sus dotes de actriz logró convertir este rincón marginal de la feria en el centro de la atención.
Los militantes de siempre parecían perdidos frente a esta demanda improvisada de vinos heroicos. El éxito fue tan repentino que no tuvieron el tiempo de suavizar el discurso de marketing. Así, una militante con botas de hule y sombrero de paja que no logró el toque rural chic de su modelo, me agredió mientras trataba de tomar una copa de blanco cultivado en las terrazas de la costa amalfitana del sur de Italia. “El vino heroico requiere el triple de horas de trabajo que un vino cultivado en zona llana. Tenemos que subir y bajar en terribles escalinatas, cargando las uvas en la espalda”.
Hay que amar mucho al vino para saborearlo en una postura tan estresante como si se estuviera a la salida del metro, frente a una persona que insiste para que firme una petición. “En la viticultura heroica hay unos costes y un valor añadido que justifica una discriminación positiva, ¿o no?”, me interpeló la militante presionándome para que me lleve de una vez una caja de vino Furor.
A pesar de todo, el rincón de los vinos heroicos sigue teniendo un aire de bazar simpático rebosante de sorpresas. Me encontré, por ejemplo, con una botella que llevaba como marca el sello del Estado italiano. A su lado, una pancarta indicaba que el vino Castello Vecchio de Gorgona está producido en una isla de la Toscana, en una zona muy heroica por ser una colonia agrícola penal desde 1869. La publicidad evoca la dolce vita carcelaria, donde los presos se vuelven viticultores mientras los guardias prueban el mosto…
Para paliar la falta de promoción debida a su condición de presos, se proponen tours en la isla carcelaria, seguidos por una “cena de galeote”. Por una vez la publicidad tiene un toque de frescura, revelando así que en el mundo del vino, también el producto es el héroe y los hombres, los galeotes.
www.cervim.org Centro de investigación y valorización de la viticultura de montaña protege los vinos heroicos.
Algunos ejemplos de vinos heroicos: