Valeria Möeller y Chuchi 3 Pesos –su alter ego– combinan el performance musical con la fotografía. Ambas radican en la Ciudad de México.
Por Gerardo Lammers
UNO. Naciste en La Paz, Bolivia. Cuéntanos un poco sobre tus orígenes.
Chuchi 3 Pesos: La Paz fue el lugar donde me encontré con Valeria. Ella tenía el escenario perfecto para que yo me manifestara. La primera vez que nos vimos fue en su taller de pintura en el sótano de su casa y ella luchando con una serie de cuadros de placebos no resuelta.
Valeria: Nací en Alemania, crecí en Berlín, nos mudamos a mis seis años a La Paz, Bolivia, donde me enraicé. Con la excusa de la búsqueda del color para mi pintura, viaje y viví por muchas ciudades.
DOS. ¿De dónde viene tu afición por el blues y el jazz?
Valeria: Un día entre los miles de discos de vinil de la colección que tiene mi papá, encontré un disco de Ella Fitzgerald y pasé horas descifrando ese lenguaje propio. Yo tenía como doce años. Luego encontré una colección de 16 discos de swing del Reader’s Digest, y un día me encuentro con uno de Bessie Smith. La alegría tan dolorosa fue la que me amarró al blues. Era el soundtrack perfecto para mis 15 años. La primera canción que canté fue el «Saint Louis Blues» de Bessie Smith.
Chuchi 3 Pesos: Ese es un sentimiento que uno lleva adentro, el mismo que te hace pensar que fuiste cabaretera desde hace tres vidas. Caminar sola por las calles en mi adolescencia buscando los grupos de jazz más intensos, el vino blanco Undurraga, las servilletas escritas… Estos géneros eran los catalizadores de una cierta intensidad. Por ahora las plumas me siguen adornando. Nina Simone apareció casi como una salvadora, mostrándome otra actitud en el blues, ya no de flagelo sabroso, sino más bien como plataforma de denuncia y también desmembrando el virtuosismo y capturando el sentimiento a través de una voz tan extraña como la de ella.
TRES. ¿Cómo fue que llegaste a México y qué sentido tiene para ti vivir aquí?
Chuchi 3 Pesos: Llegué en avión. Nuevamente coincidí con Valeria en su taller de pintura. Ella pintaba y yo paseaba por el centro. Yo llevo tatuada en mi cuello la frase “Hecha en México” aunque también hubiera podido sellarme «Florecida en México»… Pero eso es más bien de ahora. Para mí lo único que tiene sentido es vivir. Es primera vez que me siento en casa y ahora quiero vivir ese sentimiento.
Valeria: La primera vez llegué para estudiar pintura a la escuela de San Carlos en el DF. Volví unos pocos años más tarde como por llamado de la mismísima lava. Vine con la idea de hacer un disco y lo estoy haciendo. Tengo promesas conmigo, con el mar, con algunos sitios. De a poco estoy conociendo las distintas regiones de este país tan inmenso y vasto. Tanto como el cariño y agradecimiento que siento por él.
CUATRO. ¿Qué te inspira para componer?
Valeria: Las experiencias de la vida cotidiana –unas más elevadas que otras–, el soundtrack de un pensamiento. Me inspiran el caos, la multitud, el silencio, el mensaje de los elementos. Siento un compromiso genuino con el ser humano y su búsqueda, cualquiera que sea. Ese es uno de mis temas más recurrentes… el famoso camino.
Chuchi 3 Pesos: Mi ombligo, mi amor, yo mujer, la lección.
CINCO. Cuéntanos algo de tu estancia en San Francisco, California, donde cantabas con algunas bandas de blues.
Chuchi 3 Pesos: Cantaba en un bar donde llegábamos a ser 14 músicos improvisando juntos. Eran todos unos dioses negros generosos en su entrega y yo un punto blanco invocando al spirit para llegar a sus talones. Fue una época maravillosa cuando al final de cada tocada lo que se comentaba era si el spirit, es decir, el feeling, la presencia, esa carga de transmisión emocional, había llegado o no. Si no había llegado, todo se reducía en un “it was just another song”. Pero cuando el spirit nos visitaba, los abrazos y complicidad nos unían por varias horas de jazz y soul.
SEIS. Sea en la música, la literatura o el arte contemporáneo, ¿Qué artistas mexicanos te interesan?
Chuchi 3 Pesos: Amo el drama e intensidad del mexicano ya sea en su música, pintura, artesanía, comida. Me interesa el extremo de cualquiera de sus lados. Cuco Sánchez viene a mi pantalla.
SIETE. ¿Tienes predilección por algún vino en especial?
Chuchi 3 Pesos: Definitivamente el de la casa. Lo que más me importa son las copas. Me gustan las copas que cantan. Creo que entonces si puedo escuchar cualquier vino. Y la mayoría de las veces sólo me dicen: “Tómame, sedúceme o corre”.
¿Te asusta la crisis?
Chuchi 3 Pesos: Las crisis son lo mejor que me ha pasado. Desde adentro podría parecer que uno se está ahogando. Luego cuando llegas al fondo encuentras solamente un espejo viejo y todo había sido sólo eso: un espejo sucio y viejo. ¿Qué haces? ¿Sales y cambias de espejo? ¿Te arrancas los ojos? Respira profundo. La solidaridad está por resucitar. Seremos nuestros espejos más hermosos. Tengo fe.
Comentarios
1 respuesta a «Siete preguntas para Chuchi 3 Pesos (Valeria Möeller)»
Que maravillosa manera de ver la vida, tan soñadora y sin responsabilidades cotidianas…. «si hay que bien y si no hay pues ya vendra» son actitudes de artistas solitarios que no viven por un bienestar a largo plazo, sino por tener un buen momento en el día a dia y luego ya se vera. solo pueden pensar asi los artistas que no dejaron en su cendero a nadie que los necesite, que no viven por nadie mas que por ellos mismos y por el momento. asi es la vida de esta artista que dejo sus raices en Bolivia y peor aun dejo tambien su continuación, una hija de 2 años que en la actualidad esta a puertas de tener 10 años y que mas que un publico necesite a un artista mas de la farandula Mexicana, ella necesita a su mama.