La crisis financiera mundial es una buena oportunidad para revisar nuestros hábitos de consumo y apoyar el desarrollo de nuestras economías. En el ámbito del vino nos encontramos ante una buena ocasión para acercarnos y conocer lo que se produce dentro de nuestras fronteras. La oferta nacional incluye casi 300 etiquetas, la mayoría de éstas de gran calidad y en algunos casos –más de los que se cree– a precios accesibles.
Por Adrián García.
Vinicultores, enófilos, catadores, periodistas, agrónomos, gastrónomos, cocineros, críticos gastronómicos y un sinnúmero de personas son bienvenidos a este tema tan sonado en estos últimos tiempos: el vino mexicano.
Fiestas, disfrute y hasta un ligero toque de embriaguez parecen rodear a la producción enológica de México, pero también trae tras de sí un trabajo muy arduo, una inversión muy grande, mucha planeación y cuidados, tanto en el viñedo como en la bodega, así como buenos deseos por obtener un excelente caldo.
El interés creciente por tomar vinos mexicanos, por parte del mercado nacional, parece ser cada vez mayor.
He aquí diez razones por las cuales son tan recomendables.
Uno. El vino mexicano está de moda
Tiendas especializadas alrededor de toda la república otorgan a las etiquetas nacionales un lugar especial en sus anaqueles, algo impensable hace algunos años. Lo mismo puede decirse de las cartas de vinos de cada vez más restaurante en las principales ciudades del país, la cuales ya incluyen una sección de vinos mexicanos.
En cuanto a la oferta, el número de etiquetas disponibles en el mercado ha aumentado notablemente en la última década.
De alguna manera, esta moda se puede advertir también en el interés creciente por aprender a hacer vino. Proyectos independientes como la Estación de Oficios El Porvenir, la escuela-taller creada por el enólogo Hugo D’Acosta en el bajacaliforniano Valle de Guadalupe, reciben cada año a un número de entre 20 y 30 personas interesadas en aprender a vinificar. “Tan sólo en Ensenada, cada año llegan alumnos nuevos interesados en elaborar su propio vino. Muchos de ellos siguen elaborando vinos de forma independiente”, comenta Thomas Egli, enólogo de El Porvenir. Es el caso de pequeñas casas vinícolas como Diosa Vid, Alximia, Vinícola La Trinidad y Vinos Nativo, por mencionar a algunas y que, con sus productos, amplían la oferta.
Otro ejemplo de la aceptación que tiene el vino mexicano es la popularidad creciente de las diferentes festividades en torno a esta bebida, como las Fiestas de la Vendimia, celebradas a fines del verano en regiones como Ezequiel Montes (Querétaro), Parras (Coahuila) y el Valle de Guadalupe (Baja California), que atraen a cientos de visitantes. El del vino es un sector en pleno crecimiento y, sin embargo, en la actualidad no se tiene un registro exacto. “De acuerdo con nuestras investigaciones, existen más de 50 productores de vino, como empresas o productores independientes y de diferentes rangos de producción. Contamos con 260 a 280 etiquetas entre tintos, blancos, rosados y espumosos que se elaboran en las cinco zonas vitivinícolas registradas (que se encuentran en los estados de Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Querétaro y Zacatecas)”, informa Pilar Meré, coordinadora de promoción del vino mexicano de la Asociación Nacional de Vitivinicultores (anv).
“Este renacer de los vinos mexicanos tiene que ver con varios factores globales y otros nacionales. Ocurrió durante los años ochenta, que coincide con la aparición de los países del nuevo mundo (o repunte de éstos), y con el interés de los vitivinicultores mexicanos por hacer vino de calidad”, explica Meré.
Dos. El vino mexicano tiene calidad
Apreciadas cada vez más por un mercado enológico interesado en propuestas novedosas, las etiquetas vinícolas del país se han posicionado gracias a su creciente calidad.
Este fenómeno tiene que ver, por supuesto, con la preparación de los enólogos que dirigen a nuestras principales vinícolas, y también con los adelantos tecnológicos (como se verá más adelante), entre otros factores.
Así, cada vez es más usual ver que los vinos mexicanos ganen medallas en los concursos internacionales de mayor importancia en el mundo del vino. El Concours Mondial de Bruxelles, Chardonnay du Monde y Challenge International du Vin, son solo algunos de los ejemplos de estos certámenes donde distintos vinos mexicanos han competido, llevándose medallas de oro. Tan sólo durante 2008, bodegas como L.A. Cetto, Casa Madero, Monte Xanic y Chateau Camou, por mencionar algunas, obtuvieron más de una decena de medallas en diferentes concursos.
Existen nuevas propuestas que, por su calidad, en muy poco tiempo han llamado la atención de propios y extraños. Una de estas nuevas propuestas es, por ejemplo, Villa Montefiori (Ensenada), una bodega moderna con un toque de vinificación italiano, que se ubica en el ejido de El Porvenir, dentro del Valle de Guadalupe.
Desde el punto de vista de Paolo Paoloni, enólogo de Villa Montefiori, el futuro de los vinos mexicanos es muy prometedor, gracias a que año con año se ven nacer proyectos nuevos con propuestas novedosas, lo cual redunda en la calidad. “La oferta es variada, va desde los vinos artesanales, hasta proyectos vinícolas bastante grandes y prometedores”, dice.
Tres. El vino mexicano no está peleado con el precio
Con frecuencia hay gente que asocia las etiquetas mexicanas con precios altos, en relación con otras de países vinícolas como Chile, Argentina, España y Australia, por mencionar algunos.
Los precios de estos vinos –procedentes del extranjero– varían entre los 50 y los 300 pesos. Por su parte, el valor de los vinos mexicanos se encuentra en un rango entre los 80 y los 700 pesos.
¿A qué se debe esta marcada diferencia?
En primer lugar podemos decir que la mayoría de los vinos que se importan al país corresponden a una gama de media a baja en cuanto a calidad se refiere, por lo que resulta difícil compararlos contra la totalidad de los que son producidos en México.
También cabe mencionar que en la mayoría de los países que se consideran como grandes exportadores, las vinícolas reciben diversos apoyos para hacer esta actividad más atractiva y sustentable para la población. No es el caso de la producción nacional. Además, a la hora de evaluar el precio de un vino mexicano, hay que considerar la cuestión de los impuestos, en especial la del Impuesto Especial sobre Producción y Servicio (ieps). Debido a esto, y porque el vino está catalogado como “producto suntuoso”, cada botella cuesta, en promedio, un 25% más. Para la mayoría de los productores este impuesto debe reducirse, pues es considerado un obstáculo para el desarrollo y consolidación de la industria vinícola mexicana.
De cualquier forma, los esfuerzos de algunas vinícolas por ofrecer vinos accesibles al consumidor mexicano se notan cada vez más. L.A. Cetto, Casa Madero y Santo Tomás son empresas que venden algunos de sus vinos por debajo de los 100 pesos, gracias, entre otros factores, a su elevada producción.
A todo esto hay que agregar que en la actualidad, y debido al alza del dólar en relación con la moneda nacional, los vinos importados han subido de precio, mientras que el precio de los vinos hechos en México se ha mantenido. Esto es una oportunidad para que el público mexicano se acerque y pruebe los vinos de su propio país.
Cuatro. El vino mexicano es un producto tecnificado
En la medida en la que los vinicultores aprenden mejores técnicas en la elaboración del vino y adquieren mayores beneficios económicos de esta actividad, se pueden encontrar mejores tecnologías dentro de cada una de las vinícolas.
Algunos adelantos en este ámbito son, por ejemplo, la integración de bandas de selección, tanques de fermentación con temperatura controlada, control de temperaturas y humedad dentro de las salas de barricas, micro oxigenación, la utilización de gases inertes para evitar la oxidación de los vinos, así como algunos mecanismos de remontados (extracciones de mosto de la parte inferior de los tanques de fermentación que luego se esparcen en la superficie de éstos, con el fin de conferirle aromas y color a los vinos).
Para Griselda López, responsable de vitivinificación de Vinos Santa Úrsula (Ensenada), la integración de estos adelantos, una vinificación cuidadosa y un monitoreo continuo de los mostos mediante análisis de laboratorio, le permiten a la enología del país producir vinos de calidad mundial. “Sin embargo, el supuesto de mejorar los vinos simplemente con más tecnología no es la respuesta”, afirma.
López aclara que la tecnología no está reñida con el buen vino: “Por el contrario, aún tratándose de vinos artesanales de producción muy limitada, la tecnología bien aplicada puede mejorar sensiblemente la calidad de los vinos”.
Cinco. El vino mexicano se está profesionalizando como industria
Así como un médico necesita una larga preparación profesional antes de poder operar a cualquier paciente, el vinicultor debe obtener, de igual manera, una serie de conocimientos antes elaborar un vino de calidad.
En cuanto a los diferentes estudios que se pueden hacer dentro del país, relacionados con la enología, destaca la especialidad en Enología y Viticultura que ofrece la Universidad Autónoma de Baja California (uabc), que desde hace más de cuatro años busca profesionalizar la industria mexicana del vino. Aproximadamente una quincena de alumnos provenientes de todo el país entran a esta especialidad cada año.
Otros ejemplos de este esfuerzo por poner a la vanguardia la industria vinícola de México son: la Estación de los Oficios d El Porvenir, mejor conocida como “La Escuelita”, del enólogo Hugo D’Acosta –que en cinco vendimias ha visto pasar a más de 100 alumnos que ya han vinificado– y la escuela de Fernando Martain, enólogo de Cavas Valmar, en colaboración con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa), ambas localizadas en el municipio de Ensenada.
Bruno Madrazo, productor de Diosa Vid (Ensenada), es uno de los jóvenes egresados de la especialidad en Enología y Viticultura de la uabc. Considera que la profesionalización de la industria vinícola mexicana está en marcha. Sin embargo, advierte que estamos en un nivel inferior si nos comparamos con los grandes exponentes enológicos del mundo, países con mejor planeación y organización.
… (Espera el artículo completo)…
Comentarios
1 respuesta a «Las diez cosas que debes saber sobre el vino mexicano»
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