¿Expertos nosotros?

El vino es para compartir, lo mismo que nuestras experiencias con esta bebida.

por Rafa Ibarra

Hace un par de semanas apareció en la Internet un artículo en el que me tocó participar junto con un par de apasionados del vino: Carlos Valenzuela, director de Vinísfera, y José Sandoval, mejor conocido como Dr. Salsa. Para dicho  artículo se nos pidió dar nuestras recomendaciones sobre diez vinos mexicanos que nos gustaran y que pudiéramos clasificar como “vinos que los lectores no deben dejar de probar”.

En mi caso, como me pidieron incluir en mi lista de todo (tintos, blancos, rosados y espumosos), y únicamente debían ser diez en total, a mi parecer varios buenos vinos mexicanos quedaron fuera. Al igual que Carlos y José, mis sugerencias estuvieron basadas en mi experiencia a lo largo de los años.

El título de dicho artículo (que no fue colocado por su autor Mario Enrique Sánchez) nos describe como “expertos”, “especialistas en esta bebida”.

¿Expertos nosotros?

Cual voceros foxistas los tres salimos a decir (dejando nuestros comentarios) que no nos considerábamos expertos en vino, sino más bien entusiastas aficionados y promotores del vino mexicano. Y es que, al menos yo,  al oír hablar de expertos en vinos me vienen a la mente nombres de enólogos y sumilleres que han dedicado su vida a adquirir diversos conocimientos y experiencias que sin duda permiten considerarlos de esa manera. Para ellos, toda mi admiración y todo mi reconocimiento.

Al buscar en el diccionario la definición de la palabra “experto” encontré que así se describe a un “entendido en la actividad que le es propia”. Mmm. Esto me hizo pensar: si ni Carlos, ni José ni yo somos ni enólogos, ni winemakers, ni sumilleres, ¿cuál es la actividad que nos es propia respecto al vino?

La respuesta es sencilla: somos consumidores. Pero no sólo de esos que toman vino porque sí, sino consumidores que nos gusta aprender, investigar, preguntar, saber lo que estamos bebiendo y comparar. En otras palabras, nos estamos volviendo expertos en el consumo del vino. Les aseguro que nuestro tiempo, dinero y esfuerzo nos ha costado.

Viéndolo desde ese punto de vista, el título del artículo no está mal. Incluso ahora me doy cuenta de que conozco a muchos expertos consumidores de vino, y algunos hasta con especialización: en oportos, en barolos, en vinos catalanes, en vinos rosados, en rieslings, y en un larguísimo etcétera.

“Quien no añade nada a sus conocimientos, los disminuye”, dice el Talmud. Así que debemos seguir catando y probando (con conocimiento de causa), pero sobre todo disfrutando, muchos diferentes vinos para seguir incrementando nuestro conocimiento. El vino es para compartir; y nuestras experiencias con el vino, también. Manos a la obra.

¡A formar más expertos consumidores!