Música para iniciar el 2009

Ante los tiempos económicamente difíciles que se presagian, primero que nada hay que esperanzarse en que no lo sean tanto, y después hay que mantener el optimismo este año. El año del búfalo para los chinos, cuyas buenas cualidades según ellos son nobleza y trabajo incansable. Ah bueno, pues aparte de trabajar, debemos gozar, ahora con esta música que les sugiero para cultivar la buena vibra este bimestre, y todo el resto del calendario.

Louis Prima

Jump, Jive an’ Wail: The Essential (2007)

Estupendo cantante no siempre reconocido como se debe, con su orquesta logró algunos de los temas más optimistas y felices del repertorio musical norteamericano.


Habiendo alcanzado su mayor popularidad en los años 40 y 50, en esta buena compilación se captura lo más selecto de su obra. Se disfrutan aquí diversos ritmos como tarantelas, jazz de Nueva Orleans, rock and roll temprano y swing. Hablando de swing, este disco contiene la famosísima Sing, sing, sing, que compuso Prima, y que Benny Goodman elevó a clásico de este género. Es prácticamente imposible no ponerse de buen humor al escuchar Jump, jive an’ wail, When you’re smiling y la versión original de Just a gigoló. Siempre con un entusiasmo salpicado de comicidad en sus interpretaciones, este hijo de italianos parecía siempre estar embriagado de alegría. Acompañado de su esposa la cantante Keely Smith en varios temas, aparece una fabulosa I’ve got you under my skin a ritmo de conga, y una rítmica y sensual That old black magic. ¡Júbilo total!

Los Fabulosos Cadillacs

La luz del ritmo (2008)

Las canciones de los Cadillacs han sido parte del soundtrack de las vidas de toda una generación. Hicieron mutis durante algunos años, y ahora regresan con sus bríos nunca perdidos. Sus últimas presentaciones en vivo fueron espectaculares y se nota en ellos mucho entusiasmo, así que este disco repicará mucho en el 2009, con sus alegres ritmos. Tiene cinco temas inéditos, pero también hicieron nuevas versiones de antiguos temas propios, lo que lograron muy dignamente y sin auto ofenderse, como les ha pasado a otras bandas. En especial la nueva traducción de Padre nuestro a cumbia villera, es de esos tracks que tocaremos varias veces seguidas por el placer huapachoso que nos trae. Muy buena también la nueva forma soulesca para Mal bicho y excelente El genio del dub aderezada con rap y electroniquita. De los cortes nuevos, resaltaré el que da nombre al álbum, un mambo-samba que nos pondrá a bailar; y El fin del amor, rock ska con tintes punk. ¡Vaya mezcla de sabores! Para rematar, trae dos covers, uno de los cuales es una tropicaloide Should I stay or should I go. En fin, un sincero y divertido retorno de una gran banda.

The B-52’s

Cosmic thing (1989)

Este alegre disco, el mayor éxito comercial de los B52’s, no sólo contiene temas felices por sí mismos, sino que además evoca la alegría de los tiempos estudiantiles para aquellos que nos tocó que saliera cuando vivíamos esa etapa. El grupo de Georgia nos trajo en este álbum temas muy fiesteros y energéticos como Love Shack (que nunca falla en la pista de baile) y Cosmic thing (con su gracioso grito de Shake your honeybuns!), que inmediatamente infectan de regocijo. Y también contiene canciones de un humor totalmente optimista, incluso si no se fija uno en la letra. Es el caso de Roam, una melodía feliz que pone de buenas, cuya fórmula por cierto se repitió en aquella colaboración de su cantante Kate Pierson con R.E.M. en Shiny happy people. A propósito, yo siento que la alegría de The B52’s se debe en gran parte a las agudas y chispeantes voces de Pierson y de Cindy Wilson, como se puede apreciar en Channel Z y Bushfire. Con Dry Country a pesar de su más calmado beat, se continúa con el mood de «¡me siento bien!». Los invito a poner en su camino al trabajo este disco, y hasta el tráfico desaparecerá.

Novedad:

Sepulcro Bohemio

Cantos de misterio y muerte (2008)

A pesar del tétrico título, esta novedad de este grupo tapatío no es para ahuyentar a nadie. Incluso la introducción hablada del disco advierte que los fantasmas no necesariamente tienen que asustar. Son canciones de corte acústico con predominante guitarra, adornados elegantemente, por ejemplo con un chelo en la apaciguante Balada para un ahogado. La sobria instrumentación se conserva a lo largo del disco, como en Puerto del diablo. Las letras son honestas y poéticas, algunas a manera de cuento y la afinada voz de su cantante Erándini Aparicio tiene personalidad y logra interesantes matices. Camino a Santiago suena a trova sudamericana, y en la excelente Las moscas se divierten, se siente un carácter lúdico. El sabor rockero de Necromarcha le da un giro interesante e intenso al disco y lo folklórico mexicano de El son de la calavera completa una buena colección de temas en que definitivamente se logra la anunciada atmósfera misteriosa y sugestiva. Un disco para escucharse y disfrutarse.


Publicado

en

por

Etiquetas: