«La más hermosa y la más profunda emoción que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es el origen de toda la verdadera ciencia». Albert Einstein …
Ser feliz es, como en años anteriores, uno de los propósitos para el año que inicia. En este 2009 nos conviene replantearnos, sinceramente, el concepto de felicidad.
Vayamos hacia adentro, identificando el término con nuestras emociones, reflexionando: ¿Qué necesitas para ser feliz?, ¿Cómo te hacen sentir estos deseos?, ¿Ansioso?, ¿Alegre?, ¿Estresado?, ¿Cómo vas a lograrlo?, ¿A qué tienes que renunciar para alcanzarlos?, ¿Te hacen sentir cerca de Dios (como sea que entiendas la deidad)?, ¿Benefician a otros tanto como a ti?, ¿Te conectan en algún momento con tu interior?
Y aunque nuestra condición humana nos guíe hacia lo tangible, hacia lo finito, es indispensable reencausar nuestra energía, encontrar sentido profundo y moral a nuestros deseos. Ser cuidadosos con lo que soñamos, pues recordemos que a Alicia se le cumplió vivir en el país de las maravillas, donde todo es lo que no es, y nada es lo que parece.
Procurar la felicidad y obtenerla sin duda radica en ejercitar la espiritualidad, esa parte de nuestra experiencia humana que nos empuja a crear, a soñar, a construir. Reencontrarnos con el espíritu, eso que nadie ve, pero que sabemos que existe, nunca fue tan difícil como lo es hoy, en un mundo que exige nuestros sentidos alertas, afuera. La conciencia, esa capacidad que nos permite entender el papel que jugamos en el presente, nos puede guiar hacia el interior, reconectarnos con nosotros mismos.
La felicidad o el éxito son estados de ánimo que se generan desde adentro y que poco tienen que ver con el auto que conducimos o con la cantidad de dígitos en la cuenta bancaria. Encontrar maneras de regresar a la Fuente es el verdadero propósito para el ciclo que comienza.
La práctica y la filosofía del Yoga puede ser la puerta al mundo espiritual. El control conciente de los sentidos y de la mente ha sido definido como Yoga. La ciencia del buen vivir incluye prácticas simples con el cuerpo y con la mente que actúan en todos los niveles del ser, trayendo beneficios a todo aquel que lo practica.
La palabra Yoga se deriva del sánscrito yuj, que significa “para unir”. En el sentido práctico es la unión con balance y armonía del cuerpo, la mente y el espíritu o la integración entre cabeza, mano y corazón. Unión de la conciencia individual con la conciencia universal, o el Creador pues. Esto se logra a través de asanas (posturas), pranayama ( respiración), mudra (actitudes), bandha (bloqueos), shatkarma (purificación) y meditación.
Un estilo de vida que nos conduce hacia lo verdaderamente importante y que tiene que ver con vivir plenamente hoy, el momento, mientras inhalas y exhalas y ahí, adentro, redescubrirte en esencia, en espíritu.
Namaste. El término se refiere a un gesto corporal, con las palmas de las manos juntas y con los dedos apuntando hacia arriba, en posición de oración. Normalmente se acompaña por una inclinación ligera de la cabeza, hecha con las palmas abiertas y unidas entre sí, ante el pecho. Se usa en varias tradiciones budistas, así como en numerosas culturas en Asia. Se utiliza al igual para saludar y despedirse, dar las gracias o mostrar respeto.
Karla es comunicóloga e instructora de Svaroopa Yoga.
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