Egresada de Letras Hispánicas, inició su relación con la gastronomía como reportera de Grupo Reforma. Hoy por hoy su relación con el vino es parecida a la de Lily Bollinger con el champagne: ‘Sólo lo bebo cuando estoy feliz y cuando estoy triste. A veces lo tomo cuando estoy sola. Cuando tengo compañía, lo considero obligatorio. Me entretengo con él cuando no tengo hambre y lo bebo cuando la tengo. De otra forma, jamás lo toco -excepto cuando tengo sed”.
Su propósito para el 2009 es el mismo de los últimos once años: dejar de fumar.