Jorge Méndez Blake (Guadalajara, 1974) es una artista mexicano interesado en establecer vínculos con la literatura. Entre sus exposiciones más relevantes se encuentran: Los personajes intervienen con la arquitectura, en la Casa Encendida (Madrid); y El tesoro de Isla Negra, en la Sala de Arte Público Siqueiros (Ciudad de México).
Por Gerardo Lammers
Uno. ¿Cómo supiste que te dedicarías al arte contemporáneo?
Fue un proceso lento que me llevó primero a estar cercano a la literatura, después a la arquitectura y finalmente al arte. Creo que no lo supe, hasta que monté mi primera exposición, en una oficina de arquitectura transformada en espacio independiente de exposición.
Dos. ¿Por cuáles artistas te sentías influido en los inicios de tu carrera?
Me influenciaron mucho los artistas conceptuales de los años sesenta y setenta, así como artistas interesados en expandir la concepción tradicional del arte de los museos y galerías: Smithson, Klein, Duchamp, Bochner, Huebler, Brotares… Siempre me ha interesado mucho la investigación como proceso artístico.
Tres. ¿Qué te aportó a tu carrera de artista haber estudiado arquitectura?
Una concepción intensa del espacio. Por cierto tiempo mi trabajo se alejó bastante de la arquitectura, pero de unos años para acá, ésta se ha ido convirtiendo en eje fundamental. Me interesa la concepción ampliada de la arquitectura como aglutinador cultural. Como termómetro del pensamiento de una época y sobre todo como recipiente de cualquier conocimiento. La utilizo sobre todo, como creadora de tipologías, de metáforas, de sistemas. Como eje conector entre temas dispares y lejanos.
Cuatro. ¿Por qué elegiste a la literatura como uno de los ejes temáticos de tu trabajo?
Fue algo en lo que siempre estuve interesado: la creación literaria como proceso cultural. Los estereotipos del mundo creados a partir de ciertos autores y textos. Es algo con lo que he seguido naturalmente trabajando y que en cierta forma aglutina gran parte de mi práctica.
Cinco. ¿Háblanos de tu interés por los clásicos literarios como fuente de inspiración.
No creo en las «fuentes de inspiración». Creo que pensar que algo que ves o lees puede ser una inspiración directa de una obra, es una idea muy romántica del trabajo artístico. Creo más bien en un proceso intenso, creativo y multidisciplinario que recibe contaminaciones constantes de una gran diversidad de temas. Por ejemplo, creo que utilizar una cita de un libro como parte de una obra, es un arma de dos filos. En mi caso, cuando lo hago, trato de que la elección de la fuente provoque reacciones más allá de su contexto original, ya sea a través de su relación con el espacio, o con su relación con un contexto específico. La idea es ir más allá de la simple cita. Para mí los clásicos me funcionan por su extraña relación que tienen con el mundo contemporáneo. Por un lado son fácilmente reconocibles por todo el mundo, pero por otro lado, son inagotables. Borges dijo alguna vez que no le interesaban los autores jóvenes. En un principio se me hizo un comentario demasiado rígido, pero ahora empiezo a entender cómo también le interesaba el misterioso proceso de transformación de un libro contemporáneo en un clásico.
Seis. ¿Qué opinas del arte que se está haciendo en Guadalajara?
En Guadalajara existe gente muy talentosa, que está siendo reconocida fuera de la ciudad y de México por su excelente trabajo, pero no podría decir que el medio ha ayudado a eso. Existe una apatía generalizada hacia la vida cultural, hacia lo diferente y hacia lo extranjero. Me sigue sorprendiendo lo bajo del nivel de muchos de los eventos artísticos de Guadalajara, en lo que respecta a las artes visuales. Con raras excepciones, el nivel de lo expuesto en los museos y galerías deja mucho que desear y no pasa de tener el nivel de estudiante de escuela de artes plásticas. No puedo entender cómo en una ciudad de seis millones de habitantes, no exista un museo de arte contemporáneo, ni cómo no exista una buena escuela de artes. El presupuesto que se le destina a cultura en Jalisco es de risa, y me refiero tanto a dinero público como a dinero privado. A decir verdad, es un verdadero milagro que subsistan los museos, las galerías y, sobre todo, los artistas.
Siete. Recomiéndanos un libro.
Bartleby, el escribiente, de Melville. Corto, preciso, atemporal.
—Un propósito para el año que viene.
No me gustan los propósitos, pero que tal esto: “All poetry is experimental poetry”. Wallace Stevens.