Las crisis y los vinos

Las crisis económicas y las crisis en la industria vitivinícola suelen venir aparejadas. Conviene acudir a la historia para recordar como fue que algunas grandes regiones vitivinícolas superaron las suyas.

Por Álvaro Gamboa

A través de la historia han existido muchas crisis económicas, diferentes en cada país, algunas más severas que otras y generadas por distintas situaciones. Todo esto ha tenido un gran efecto en los vinos producidos en dichas regiones. Como consecuencia de esto, la cantidad y la calidad del vino tienden a variar, así como las prácticas de vinificación y añejamiento. Cada región opta por distintas formas para contrarrestar dichas situaciones económicas adversas y así seguir con uno de los trabajos más gratificantes del mundo: hacer vino.

El caso de La Rioja

Una región que llegó a padecer una crisis severa fue La Rioja (que obtiene su nombre del Río Oja), una de las regiones más importantes de toda España, que cuenta con una tradición vinícola de cientos de años, lo cual ha dado lugar a momentos de auge y grandeza, así como tiempos de crisis. La Rioja ha estado muy unida en cuanto a su filosofía e historia con Francia, en específico con Bordeaux. Desde el siglo XVIII, los productores en Rioja adoptaron muchas prácticas de los bordeleses, tales como ensamblar distintas cepas para obtener un mejor vino y principalmente la práctica de añejar los vinos en barricas de roble por mucho tiempo (en general más que cualquier parte del mundo), para suavizarlos y desarrollar otras notas olfativas en el vino. Y para lograr tener toda su producción en barrica por tanto tiempo, se necesita una cantidad impresionante de ellas. Testimonio de esto es que las bodegas en La Rioja tienen un promedio de 10 mil a 40 mil barricas cada una.

Los problemas económicos de La Rioja dieron inicio con el siglo XX. Primero fue la plaga de la filoxera. (Plaga que se localiza en las raíces de la vid y que simplemente la va matando por dentro, inicia a mediados del siglo 19 y se origina en Estados Unidos, pero es cuando llega a Francia que empieza a devastar los viñedos, y de ahí se propagó a toda Europa y a otras partes del mundo). Como consecuencia, 70% de los viñedos de esta región desaparecieron. Después vinieron la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. ¿Se pueden imaginar como estaba la economía después de casi 50 años en decadencia? Y para colmo, el gobierno español emitió un decreto para contrarrestar el hambre y escasez de alimentos: que se levantaran los viñedos y se plantara trigo en su lugar.


Muchas bodegas de la Rioja desaparecieron, no pudieron mantenerse a flote y tuvieron que cerrar. Las que sobrevivieron tuvieron que hacer recortes en producción y en su precio de venta. Principalmente los ajustes fueron en los procesos de vinificación y en el añejamiento en barrica. Una de las medidas que tomaron los productores para reducir los costos de producción, fue el cambiar de barricas de roble francés a barricas de roble americano, lo cual fue un cambio muy significativo. Una barrica de roble francés cuesta el rededor de 1,280 dólares y una barrica de roble americano, 700 dólares. Únicamente calculen la diferencia de inversión necesaria para el volumen de barricas promedio de las bodegas riojanas.

Al optar por otro tipo de barricas, los vinos cambiaron, principalmente en sus aromas: las notas de vainilla, avellana, tabaco, coco y eneldo se convirtieron en marca registrada de los vinos de La Rioja.

La crisis del Tokay

Otra región vinícola que se vio afectada por crisis económica y política fue Tokaj o Tokay, en Hungría. Esta región es considerada la más importante del país y la razón de esto es el vino Tokay-Aszú (vino de postre excepcional y el primero que fue vinificado estando infectado por el hongo Botrytis, que concentra el azúcar del vino), el cual en palabras del rey Luis XIV, “el rey sol” (monarca de Francia y de Navarra entre 1643 y 1715), era considerado “vinun regum, rex vinorum”, es decir, el vino de reyes, el rey de vinos.

El declive de esta región –al igual que en La Rioja– inició con los parásitos de la filoxera y después prosiguió con las guerras mundiales: los viñedos fueron destrozados, la economía estaba por los suelos. Pero el peor de los problemas aún estaba por suceder. En el año 1949 Hungría colapsa y cae bajo dominio comunista. Esto significa que todos los viñedos fueron expropiados por el estado. La producción, embotellamiento y exportación eran totalmente controlados por el Estado. Desgraciadamente la calidad no estaba como prioridad, sino la cantidad. Se hacían mezclas inmensas sin importar el tipo de uva y el viñedo de procedencia, así que el producto final era un vino muy alejado de lo que le dio la fama a este lugar.

Después de 40 años de comunismo, Hungría se convierte en república en 1989 y da oportunidad a la inversión externa. Los viñedos regresan a pertenecer al pueblo y la calidad y atención al detalle se vuelven puntos primordiales en la producción de vino. La inversión externa fue algo que tuvo gran impacto en la economía de esta región y también en la producción de vinos de altísima calidad. Personajes como Lord Jacob Rothschild (de la familia productora de vinos de Burdeos) y Hugh Jonson (escritor inglés y autoridad en libros acerca del vino) fundan The Royal Tokaji Wine Company. Vega-Sicilia, la súper famosa bodega de la Ribera del Duero, en España, funda la bodega Oremus. Asimismo, AXA, una empresa de seguros multinacional –propietaria de Chateau Pichon-Longeville Baron y Chateau Sudiraut, ambos en Burdeos, así como de la bodega de oportos Quinta do Noval–, funda Domaine de Disznókó, la cual junto con Oremus están consideradas dentro de las cinco mejores bodegas en toda Hungría. El flujo económico que trajeron estas empresas fue increíble y suficiente para revivir a la región en menos de cinco años.

El vecino país

Y ahora hablemos de Estados Unidos, país que ha tenido muchos momentos de crisis o desaceleración económica y cuyas leyes han repercutido –e incluso atentado– en el desarrollo de la producción de vino. El 16 de enero de 1920 se aprobó la llamada “ley de prohibición” y durante 13 años estuvo totalmente prohibida la producción, venta, importación y transportación de cualquier bebida con alcohol. Y como si esto no hubiera sido suficiente para casi desaparecer la producción de vino en dicho país, el 29 de octubre de 1929 los mercados de Wall Street se desplomaron, ocasionando La Gran Depresión. Ante esta situación, algunos productores optaron por levantar sus viñedos y plantar árboles frutales como manzanos, duraznos, nogales y otros. Para que se formen una mejor idea de lo que estoy diciendo, hay que decir que antes de esta crisis existían alrededor de 800 bodegas sólo en el estado de California, de las cuales sólo quedaron 140, dedicadas a la producción de vino para uso sacramental. Esta era la única manera de no dejar perder sus viñedos y no tener su maquinaria estática.

No fue sino hasta los años sesenta que la industria vinícola empieza a retomar su curso, el número de bodegas y los volúmenes de producción se incrementan cada año. Pero lo más importante es que el enfoque en la producción de vino de calidad y no sólo de producción masiva empieza a tener mayor seguimiento. Esto da lugar al hecho más importante en la historia del vino americano: El Tasting de Paris de 1976 (tema que prefiero platicarles a fondo en otra ocasión), el cual puso a Napa Valley, a California y a Estados Unidos en el mapa mundial del vino.

Algo que también ayudó a la industria en este país fue el clima de libertad en la producción de vinos que se dio en aquellas épocas. Cualquier práctica de viticultura era válida, cualquier tipo de uva era permitida, cualquier cuveé o ensamble, fecha de cosecha, proceso de vinificación, chaptalización, reverse osmosis. Gracias a este enfoque de la producción de vino como negocio (y no sólo como un estilo de vida), fue que se desarrollaron muchas bodegas, hasta el punto en que se encuentran ahora: compañías multinacionales con producciones de millones de cajas anuales. Como podemos apreciar con estos tres casos, a través de la historia, las regiones vinícolas han sufrido muchos contratiempos, crisis económicas, plagas y demás. Pero gracias al ingenio del ser humano, a su espíritu emprendedor y al gusto por producir algo tan maravilloso como el vino, es que se han podido reponer y no sólo eso, sino que han contribuido con su granito de arena para regenerar la economía, dando trabajo a miles de personas.


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1 respuesta a «Las crisis y los vinos»

  1. Genealogista

    En relación con la supuesta fundación de las Bodegas Gomez Cruzado por Angel Gomez de Arteche, Duque de Moctezuma, indicarle lo siguiente:

    1. Angel Gómez de Arteche JAMAS FUE Duque de Moctezuma ni descendiente del Emperador Azteca.

    2.- La única relación que tuvo con el auténtico Duque de Moctezuma, D. Antonio Marcilla de Teruel-Moctezuma y Navarro, fue la de casar a una hija suya con un hijo del Duque, de nombre Luis.

    3.- Para cuando se celebró la boda, las bodegas ni siquiera le pertenecían a Gomez de Arteche.

    Un Saludo,