Entrevista: Ferdinando Frescobaldi.

Me encuentro en el patio trasero de una casa típica de la colonia Americana en Guadalajara, construida con muros de 40 centímetros de grosor y arcos que dividen cada espacio principal, en las oficinas de Vinos del Mundo.

ferdinandofrescobaldiEl staff está disponiendo el espacio para la comida que tendremos momentos después con el marqués Ferdinando Frescobaldi, cuando el señor sale del edificio y se presenta casi como si él fuera uno más del staff. “Soy Ferdinando”.

Por Carlos Valenzuela.

Luego entramos a la sala donde sería la entrevista y Ferdinando comienza su ameno relato: «Mi nombre es Ferdinando Frescobaldi, uno de tres hermanos y una hermana que son socios en la empresa. Frescobaldi es una empresa familiar, controlada al 100% por la familia.»

– Con más de 700 años de tradición produciendo vino, son una de las primeras familias en el negocio en el mundo, ¿cómo es esto un reto en el mundo moderno del vino controlado principalmente por grandes corporaciones como Constellation o Diageo?

Definitivamente hemos tenido suerte, porque fuimos cuatro hermanos y una hermana; mi hermano mayor acaba de fallecer el año pasado, pero hemos sido cuatro hermanos y una hermana desde el principio de los 60’s, hace cincuenta años. Siempre nos hemos llevado muy bien, y hemos sido capaces de controlar fácilmente la empresa, sin discusiones, y de continuar haciéndolo. Mi padre fue hijo único, como mi abuelo, nadie les discutía; pero para saber cómo hemos sobrevivido como familia tanto tiempo en este negocio tendría que preguntarle a Dios. Tenemos la esperanza de que Dios nos cuida y nos siga cuidando a las futuras generaciones.

Somos muy severos con las nuevas generaciones, dividimos muy bien sus roles: un rol es el de socio y otro es el de administrador (parte del equipo de trabajo). Mi sobrino Lamberto es el director de operaciones, tenemos un administrador fuera de la familia, y tratamos de tener separados los dos roles, los de socio y los de administrador. Algunos de la familia que han estudiado y se han capacitado pueden también ser parte del equipo administrativo, aparte de ser socios.

– Entiendo que usted estuvo más orientado a la producción antes de ser presidente de la compañía, ¿cuál es el enfoque de producción de Frescobaldi?

Ahora soy el presidente pero sí, he estado más orientado a la producción. Lo que hemos trabajado mucho es ir cumpliendo con las nuevas regulaciones, la DOC del 70 y ahora las nuevas que vienen. Creemos mucho en estas regulaciones, tanto en la DOC como en la IGT, en la primera esperas la tradición mientras que la segunda te da la posibilidad de innovación.

Para un viticultor lo más importante es poder entender cuál es la mejor variedad, y la mejor forma de cultivar esa variedad en la tierra que tienes. Estás obligado a trabajar y cultivar tu tierra. No puedes cambiar la geografía de tu propiedad, la tradición es respetar tu tierra, tu terroir. Entonces poder entender en tu propiedad particular qué tipo de variedad, cómo podar, cómo cultivar; y experimentarlo una vez al año. Yo he trabajado en eso más de 50 años; tengo la experiencia del viñedo que me dejó mi padre: al final de los 60’s replantamos nuestros viñedos con nuevos sistemas. Luego en el 92-93 comenzamos a replantar de nuevo. Yo he tenido muy suerte porque en una vida he tenido la vieja viña de mi padre y las dos que me ha tocado replantar.

Cada uno de nuestras propiedades es operada completamente independiente. Cada uno tiene su propio equipo de gente que vive y conoce la tierra, gente que tiene la responsabilidad de la viticultura y de la vinificación. Frescobaldi tiene la misma filosofía en todas, pero en cada propiedad el equipo tiene la responsabilidad de trabajar de acuerdo a la viña de cada uno. Por esta razón todos nuestros vinos tienen el nombre de la propiedad de la que provienen: Nipozzano, Castel Giocondo, Pomino, etc.

– ¿Cuál ha sido el reto más difícil al entrar a nuevos mercados en donde el vino no es una tradición, es apenas una nueva costumbre?

Primero que nada los nuevos mercados son muy abiertos a probar las cosas nuevas, esta es la gran diferencia entre por ejemplo México o Estados Unidos y otros mercados como China o Japón. En Sudamérica; Chile o Argentina, el vino es ya parte de la tradición, me gustaría decir que en Napa, después de 50 años el vino es también parte de la tradición. Recuerdo la primera vez que llegué a Nueva York en el ‘62 todo mundo en la cena estaba tomando gin, whisky, etc., ahora toman vino. Supongo que aquí en México si tienen la posibilidad y el conocimiento, las nuevas generaciones comenzarán a tomar vino. La gente en México que está en la cultura y el arte está también abierta al consumo, seguramente el consumo se incrementará.

En China o Japón quieren el estándar europeo de vida, ven a Roma, Milán y es a lo que aspiran.

– ¿La Toscana ha reinventado sus vinos para los nuevos mercados?

Hemos tratado. Definitivamente mi generación ha podido producir vino de mejor calidad que nuestros padres. Como dije antes, el rol del viticultor y el winemaker es cada año poder entender e interpretar la forma de producir, cultivar y respetar la fruta y sus sabores. En Toscana hemos sido unos de los primeras leyes DOC en Italia, y creemos mucho en ello, pero después, entendimos que la DOC es una regulación que lleva tiempo. Continuamos produciendo nuestros vinos DOC pero ahora inventamos también la IGT porque queremos encontrar algo diferente, no para romper la tradición del sangiovese, pero para encontrar otras variedades. Ahora estamos completamente abiertos a producir vinos DOC e IGT, y no hay una que sea mejor que la otra, son diferentes estilos.

– El hecho de que esté usted en México habla mucho del interés que tiene por los nuevos mercados. ¿Cuál es el interés de Frescobaldi en México?

En Frescobaldi no tenemos una producción masiva, tenemos una producción de calidad en cada propiedad, pero nuestro mercado ya consume toda nuestra producción. Te preguntarás entonces ¿por qué buscar nuevos mercados? Lo hacemos porque queremos estar en los mejores lugares. Tratamos de que nuestra producción se distribuya un 30% en Italia y el resto en el mundo, no sólo en un mercado, exportamos a más de 35 países. Creemos que nuestros vinos tienen que estar en los mejores restaurantes y tiendas de vino de cada ciudad del mundo. Queremos estar también en los mejores lugares en México, tal vez ahora no sea un gran mercado para nosotros, pero esa no es una razón para que ustedes no tengan acceso a Frescobaldi, si cada vez aprecian más los vinos de calidad. Antes se podían conseguir a través de negociantes que los compraban en las subastas por ejemplo de Christie’s, pero a precios muy elevados.

– ¿Qué cree que sea necesario para que en países como México el vino sea una tradición del diario, en la mesa?

Supongo que necesitan tiempo. La nueva generación necesita tiempo para cambiar la tradición, la forma de vida. Cada nueva generación será más abierta que sus padres.

– ¿Qué le recomendaría al nuevo consumidor que está apenas comenzando a probar vino?

Que no tengan miedo, que prueben. Encontrarán vinos que les gusten y otros que no tanto, pero tienen que probarlos, es como la comida. Tampoco tengan miedo a que su paladar se irá educando al vino. Recomiendo comenzar con vinos fáciles, frescos, como el Prosecco, o comenzar con un Chianti joven, algo sencillo, y después ir subiendo. No recomiendo comenzar a probar vino con un Barolo viejo, o un Medoc viejo.

– ¿Usted cuál vino toma?

En cada una de nuestras propiedades tengo un vino favorito. Para mi, me gusta mucho el Chianti de Nipozzano y el Brunello de Castel Giocondo, pero en cada propiedad me gusta encontrar un vino que sea el embajador de esa región.

En casa normalmente tomo Remole y Nipozzano. Remole en la mañana y Nipozzano en la tarde.

www.frescobaldi.it