La Guadalajara donde había cinco o más distribuidores de vino mexicano ya no está. Se fueron con ella –o más bien con ellos– los lugares en cartas de restaurantes que se habían ganado para los caldos nacionales de pequeña producción. Pero el lugar no quedó vacío, los importadores no tardaron en dar un producto sustituto al nacional para satisfacer el paladar del comensal. Nosotros creemos que es tiempo de retomar esos espacios para el Vino Mexicano.
Por Carlos Valenzuela.
@cevalenzuela
Hay una verdad un tanto ajena a ciudades como Guadalajara: el vino mexicano está de moda. Así lo vemos en los diarios de circulación nacional. Así se ve en las cápsulas de TV y en las ediciones especiales de grandes títulos de revistas que hacen alusión al tema. Pero esta no es la realidad de todas las ciudades de la república mexicana. Al menos aquí en Guadalajara, como tal vez pase en más ciudades, el vino mexicano tuvo mejores momentos, por lo menos en presencia de marca y como el preferido de algunos círculos sociales.
Lo bueno es que, como industria, la del vino nacional parece estar mejor que nunca. Hay una gran cantidad de bodegas –de todos los tamaños– con una variedad de estilos enológicos que sería difícil encontrar en regiones productoras de gran tradición. Aquí tenemos de los tempranillos sencillos hasta los de gran carácter. Tenemos nebbiolos que logran un abanico aromático súper interesante. Hay los cabernets para cualquier gusto, vinos de maceración carbónica, vinos espumosos, vinos tipo oporto y muchos más.
¿Qué es lo que tienen en común todos estos vinos? A grandes personas, creativas, trabajadoras, cada una con una historia y motivación diferente, que están haciendo un gran esfuerzo por producir el mejor vino posible de acuerdo a los recursos disponibles y la preferencia personal.
Entonces, tenemos un país con diferentes zonas productoras, pequeñas todas, donde se producen diferentes vinos de muy distintos estilos, por gente que –aunque no se dedicaran a esto– valdría muchísimo la pena conocer. Esta mezcla de factores prácticamente nos hace voltear la pregunta:
¿Por qué no hacer un festival de vino mexicano?
Así, con #FEVINO nos proponemos hacer un evento que establezca con firmeza al vino mexicano en el inconsciente colectivo del tapatío. Que ayude a visualizar la diversidad de estilos, de gente, de climas y territorios que hay en nuestro país. Que nos ayude a quitarle los ‘mitos’ al vino mexicano y a transformarlo en la primera opción para aquellos bebedores habituales, y ¿por qué no? en la opción lógica de quien empieza a tomar vino.
Con #FEVINO le ponemos cara al vino mexicano, para que Guadalajara –en primera instancia– y más ciudades de México puedan vivir a una escala local, lo que se vive en las zonas productoras durante sus fiestas de vendimia.
#FEVINO lo que busca es hacer una buena representación de la actualidad del vino mexicano y para lograrlo tendremos fiestas, catas, cenas, talleres, conferencias y una gran muestra de vino mexicano.
Creemos que este festival puede ser un buen arranque para que la ciudad viva más de cerca el vino mexicano. Para que el restaurantero vea en nuestros vinos una opción fuerte para sus clientes. Para que el comensal demande una buena selección de vinos nacionales y para todos, de pasar un excelente rato conversando de, y tomando vino mexicano.
Agradecemos desde hoy el compromiso de bodegas, enólogos, propietarios, grupos de productores y consejos hacia #FEVINO, gracias a todos ustedes no tenemos la menor duda de que será un gran evento.
Conoce todo sobre #FEVINO en su sitio web FEVINO.mx y sus redes sociales @FEVINOMX y fb.com/fevinomx.
¡Te esperamos en #FEVINO!
Comentarios
5 respuestas a «Sobre #FEVINO o ¿por qué hacer un festival de vino mexicano en Guadalajara?»
Si bien los vinos importados no pagan aranceles? Pero aun pagan IVA y ieps, entonces porque el vino nacional no es competitivo respecto a los precios ?
Hola Edgar,
El vino mexicano sí es competitivo, lo que pasa es que solemos comparar vinos de diferente clase. Pero si buscas vinos jóvenes, tendrás los mismos rangos ya sean de mexicanos o importados, así como varios vinos de 12 meses en barrica que están alrededor de los 200 pesos sin importar su origen. Y ya cuando comparas cualquier vino mexicano de los 'caros' con un vino importado con sus mismas condiciones (rendimiento/hectárea, tipo y tiempo de barrica, guarda en botella, etc) el vino mexicano suele ser más económico. Muchas gracias por tu comentario!
Tristemente el consumo de vino en México esta ligado a la cultura y desafortunadamente a la economía, debido a que resulta primordial comer o transportarse que pensar en cultura y mas del vino, y por si fuera poco, los tratados comerciales con otros países hacen aun mas difícil el consumo de buenos productos mexicanos a precios competitivos con productos similares que se importan los cuales NO pagan ninguna arancel o si lo hacen, son mínimos, comparados con los altos impuestos que aquí si tienen que pagar tanto para la producción, elaboración y comercialización de nuestros excelentes y bien elaborados Vinos Mexicanos. Saludos a todos los amantes del vino o vinófilos.
Bien por la iniciativa, felicidades!
Se dice que en México no tenemos la cultura del vino, y es cierto. Esto, en mi opinión tiene varios factores: Tomamos vino caro, salvo algunas excepciones.
En los restaurantes le suben demasiado al precio.
Hacen falta eventos como el que promueves.
Ojalá que se pongan las pilas productores, distribuidores y restauranteros.
Gracias Luis Miguel, te esperamos en #FEVINO!